martes, 18 de octubre de 2016

LOS DELINCUENTES Y LAS LEYES. Juan José Bocaranda E



Prensa
LOS DELINCUENTES Y LAS LEYES.
Juan José Bocaranda E

Hace muchos años leímos un libro del arqueólogo y filólogo australiano  Gordon Childe, quien anotaba que los delincuentes no ven con buenos ojos los avances de la tecnología porque saben que ésta los llevará a la cárcel...

Alguien me escribe que insistir ante gobernantes corruptos e indolentes, respecto a los deberes morales y  a los valores éticos, “es totalmente inútil, una evidente pérdida de esfuerzos y de tiempo”.
Pero, yo le respondo que, aun cuando haya funcionarios que menosprecien y desacaten los mandatos de la Constitución y los principios morales,  éstos no dejan de existir. Porque la vigencia de las normas no depende de la conveniencia torcida  de los obligados. Si así fuese, el Código Penal dejaría de existir porque no conviene a los delincuentes; las disposiciones que rigen los contratos tampoco existirían porque no conviene a los deudores; los gobernantes corruptos implantarían en forma absoluta la ética del pirata, que  les viene al dedo, y desecharían lo que no consagre “su” derecho a robar, perseguir y sepultar... En fin, toda norma dejaría de existir por cuanto sería derogada por el interés de los afectados. Por esta razón, desde el punto de vista de los delincuentes, para no perder tiempo ni desperdiciar recursos, mejor que no hubiese Poder Legislativo, sino sólo el Ejecutivo para que el mismo pueda obrar a sus anchas y a sus cortas. Tal vez, por conveniente añadidura, podría haber el Poder Judicial, y eso si se muestra sumiso y servil. Porque, de no ser así, el dictador se va por la vía directa, y, como suele decirse, se cobra y se da el vuelto...
...Lamentablemente para los bandoleros, la Constitución existe, y existe todo un ordenamiento jurídico, por encima del cual rigen la Ley Moral y el Principio Ético, cuya fuerza y poder son absolutamente insobornables.
¿De qué valió a los nazis la quema de libros? ¿De qué valió la estupidez de la Inquisición ante la fuerza de la verdad que albergaba el espíritu de Galileo Galilei?
No. Por mucho que pujen y empujen, no pueden...Porque tienen en su contra la virtud de la Ley Moral, el poder de la razón, la voluntad de los gobernados y el imperio invencible de la Historia, cuyo veredicto también es insobornable.

Siempre vale la pena decir la verdad, aunque no quieran escucharla...