CÓMO SE
DEBE CRITICAR UN LIBRO Y CÓMO CRITICAR EL LIBRO
IUS-ÉTICA, EL DERECHO DEL NUEVO
MILENIO.
Juan José Bocaranda E
Nuestro libro Ius-ética,
el derecho del nuevo milenio, puede ser objeto de crítica como cualquier
otra obra. Más aun, debe ser criticado para que el autor tome
consciencia de los errores que posiblemente contenga…No somos dogmáticos ni
supremáticos y estamos abiertos a todo debate racional y objetivamente
conducido. Pero, debate público, serio, reflexivo…
La crítica debe ser verdadera critica, no criticonería,
propia de gente volátil e irresponsable y mediocre…de los mediocres del
cuchiqueo mesquino y de las sombras infladas. Porque la criticonería y los
correspondientes criticones, lo que hacen es desprestigiar la idea de crítica,
de la verdadera crítica, elevada al rango de auténtica co-creadora del ser
humano, como sugiere el filósofo R.C. Kwant en su famoso libro La critica hace al hombre…
El juicio de valoración es algo serio, algo
digno. Por consiguiente, la crítica debe ser objetiva, bien intencionada y
efectuada dentro de determinados parámetros y condiciones, y por personas
conscientes y responsables.
No merece el nombre de “crítica”, -ni quienes
presuman de serlo tomados en cuenta-, cuando no la realizan en condiciones
mínimas de respeto a ella misma, así como a la persona o personas involucradas.
De ahí la actitud estúpida de quienes prestan
atención a las “críticas” que un grupo de ebrios -profesionales o no- “hacen
llover” una noche de farra, contra determinado libro y su autor. Porque, por
una parte, un bebedero de aguardiente no es el lugar más conveniente, ni un
estado de borrachera la forma más idónea para realizar la crítica.
La extensión de la crítica debe ser
proporcional a la del objeto criticado.
Cuando se critica un artículo periodístico o
un aspecto del mismo, podría ser suficiente otro artículo periodístico. Pero
cuando se plantea controversia sobre el sistema de ideas expuestas en un libro,
lo más lógico, digno, noble, convincente y sobre todo responsable, es que el
crítico conciba, elabore y redacte otro libro, expresamente dirigido a
la refutación, tomando en cuenta la estructura total, no elementos aislados,
fuera de contexto.
Faltaría, pues, a la ética una persona que
pretendiese objetar un libro con dos o cinco frases, ni siquiera con uno o más
artículos, sin proporción en cuanto a la extensión ni al grado de reflexión.
Sería extremadamente fácil, deshonesto,
irresponsable y menos que mediocre, pretender derribar de dos plumazos,
conceptos elaborados durante largo tiempo de estudio.
Obviamente, las objeciones deben expresarse
mediante razonamientos pertinentes, desarrollados conforme a las exigencias de la
lógica, deteniéndose en las cuestiones fundamentales, profundizando en ellas,
sin tautologías ni peticiones de principio, ni utilizando falacias o recursos ad hominem, como suelen hacerlo los
bellacos y los palurdos.
La crítica debe constituir un aporte
original, valioso, calificado. Por consiguiente, no debe limitarse a repetir
conceptos archiconocidos, lugares comunes, ni copiados de otros autores; ni a
perpetuar puntos de vista obsoletos o moral y socialmente desfasados.
La crítica debe manifestar que ocupa un nivel
elevado de pensamiento, de tal calidad,
que supere, evidentemente, el aporte de
la obra cuestionada. Y si el autor propone un sistema, el crítico debe proponer
otro sistema, que manifieste ser
superior, pleno, creativo, adecuado, novedoso, útil, capaz de impulsar el
desarrollo práctico en la materia debatida, atendiendo al carácter y a los
requerimientos de los nuevos tiempos.
No tiene mérito alguno tratar de abortar una
propuesta y no estar dispuesto a sustituirla por otra superior.
La crítica no debe ser impulsada por el ánimo
innoble de destruir. Antes por el contrario, debe emanar de un sentimiento de
nobleza y del deseo de contribuir al progreso de la sociedad y de la humanidad.
De lo contrario, no vale la pena…
Estamos conscientes de que constituye no sólo
un derecho sino también un deber, refutar aquellas tesis que consideremos
erróneas o perjudiciales para el ser humano, para la sociedad, para la
naturaleza, para el destino del hombre, etc.etc. porque contribuyan a su
envilecimiento o frenen su evolución.
La critica seria, racional, constructiva y
noble, no cabe en el ambiente de un bar
ni en una noche de farra. Y quienes prestan oídos a tales “críticos”, están tan ebrios de estupidez
como los propios “criticones”…
Seria de desear que quienes no estan de acuerdo con las
ideas que expresamos en nuestra obra, dieran la cara, dispuestos a esclarecer
las ideas en un debate de altura que-
estamos absolutamente seguros- sabrían sostener
impulsados por su indudable amor a la verdad, como debe esperarse de quienes
hacen gala de honestidad intelectual.