LOS OBESOS
NO VAN AL CIELO.
ENSEÑANZAS
DEL MAESTRO KOTUFFA
La obesidad es, de raíz, un problema espiritual
Una tarde el Maestro Kotuffa nos brindó esta charla, cuyo contenido –nos dijo-
deberíamos sus discípulos divulgar por el mundo en nuestras misiones de prédica
de la verdad…
Nos dijo:
La obesidad es, de raíz, un problema espiritual:
la gordura o la tendencia a la adiposidad es egoísmo en expansión. Sin que se
dé cuenta, el obeso quisiera ocupar, él, sólo él, todo el espacio, asfixiando a
los demás. Sin consciencia de ello, su interés exclusivo radica en su persona y
solamente en su persona. Por eso se expande, y a medida que se expande acumula
grasa.
Que el obeso ensaye a ser generoso, a ver por los demás, a compartir, y
comenzará a ver los resultados. Asuma que su corazón es un recipiente de oro
extremadamente puro y brillante. Vierta en él un poco de fraternidad, de
humildad, de abnegación, de caridad, de desapego, de sencillez y de
solidaridad. Agite estos elementos con alegría y decisión, beba este
líquido-luz, y comenzará a rebajar de peso y a sentirse feliz. Porque en el
compartir están la felicidad y el bienestar.
JAMÁS “colabore” con nada ni con nadie…. “CO-LABORE”. Sí,con una rayita
en el medio.
“Colaborar” puede cualquiera: arrojar una moneda en un pote; regalar un
pedazo de pan; estar pendiente del aseo de la cuadra; recoger trapos viejos que
ya no necesite, para entregarlos a los
necesitados, etc.etc.
“Colaboran”, dan limosnas, los miserables de espíritu.
“CO-LABORAN”, los que suman corazones, voluntades y acciones por una
obra elevada, digna.
¿No ha notado Usted cómo los políticos andan flacos y desmirriados, como
mendicantes hambrientos, antes de acceder al poder y cómo a los pocos meses,
porque tienen la canoa baja y encuentran cómo maicearse, se van inflando como
peces-bomba?
Pues eso se debe a que comen y comen y se dan buena vida, sin pensar
realmente, de verdad, en lo profundo del corazón, en el bien de los demás: han
abierto cauces, así, al egoísmo más atroz. Por eso, cuando casi revientan,
terminan sus días en una cama-sabana, donde casi ni caben de lo tan gordos, de
lo tan cerdos, de lo tan asquerosamente repulsivos, pues lucen como un gran
esputo de grasa.
Los obesos deben acudir primero, primero, al cardiólogo, quien
seguramente les encontrará el corazón adiposo. Porque, en los casos de
obesidad, lo primero que engorda es el corazón, hasta que se vuelve hueso, de
lo tan duro, de lo tan insensible, de lo tan egoísta.
Pálpese su cáliz-corazón, vierta los elementos
que mencioné, agite suavemente, con
amor…y casi de inmediato comenzará a rebajar de peso.
En el cielo no hay obesos, porque si les
resulta difícil caminar por la Tierra, cuánto más les costará alzar vuelo y
mantenerse en lo alto.
Este mensaje viene del amor, del amor que
siente y predica su hermano Kotuffa.
Pax, Pax, Pax. Aum.