sábado, 18 de julio de 2020

LOS OBESOS NO VAN AL CIELO. ENSEÑANZAS DEL MAESTRO KOTUFFA. CUENTOS DE LA TROJA DOS. JUAN JOSÉ BOCARANDA E.




LOS OBESOS NO VAN AL CIELO.
ENSEÑANZAS DEL MAESTRO KOTUFFA
 
La obesidad es, de raíz, un problema espiritual

Una tarde el Maestro Kotuffa nos brindó  esta charla, cuyo contenido –nos dijo- deberíamos sus discípulos divulgar por el mundo en nuestras misiones de prédica de la verdad…
Nos dijo:
La obesidad es, de raíz, un problema espiritual: la gordura o la tendencia a la adiposidad es egoísmo en expansión. Sin que se dé cuenta, el obeso quisiera ocupar, él, sólo él, todo el espacio, asfixiando a los demás. Sin consciencia de ello, su interés exclusivo radica en su persona y solamente en su persona. Por eso se expande, y a medida que se expande acumula grasa.

Que el obeso ensaye a ser generoso, a ver por los demás, a compartir, y comenzará a ver los resultados. Asuma que su corazón es un recipiente de oro extremadamente puro y brillante. Vierta en él un poco de fraternidad, de humildad, de abnegación, de caridad, de desapego, de sencillez y de solidaridad. Agite estos elementos con alegría y decisión, beba este líquido-luz, y comenzará a rebajar de peso y a sentirse feliz. Porque en el compartir están la felicidad y el bienestar.

JAMÁS “colabore” con nada ni con nadie…. “CO-LABORE”. Sí,con una rayita en el medio.
“Colaborar” puede cualquiera: arrojar una moneda en un pote; regalar un pedazo de pan; estar pendiente del aseo de la cuadra; recoger trapos viejos que ya no necesite, para entregarlos  a los necesitados, etc.etc.
“Colaboran”, dan limosnas, los miserables de espíritu.
“CO-LABORAN”, los que suman corazones, voluntades y acciones por una obra  elevada, digna.

¿No ha notado Usted cómo los políticos andan flacos y desmirriados, como mendicantes hambrientos, antes de acceder al poder y cómo a los pocos meses, porque tienen la canoa baja y encuentran cómo maicearse, se van inflando como peces-bomba?
Pues eso se debe a que comen y comen y se dan buena vida, sin pensar realmente, de verdad, en lo profundo del corazón, en el bien de los demás: han abierto cauces, así, al egoísmo más atroz. Por eso, cuando casi revientan, terminan sus días en una cama-sabana, donde casi ni caben de lo tan gordos, de lo tan cerdos, de lo tan asquerosamente repulsivos, pues lucen como un gran esputo de grasa.

Los obesos deben acudir primero, primero, al cardiólogo, quien seguramente les encontrará el corazón adiposo. Porque, en los casos de obesidad, lo primero que engorda es el corazón, hasta que se vuelve hueso, de lo tan duro, de lo tan insensible, de lo tan egoísta.
Pálpese su cáliz-corazón, vierta los elementos que mencioné,  agite suavemente, con amor…y casi de inmediato comenzará a rebajar de peso.
En el cielo no hay obesos, porque si les resulta difícil caminar por la Tierra, cuánto más les costará alzar vuelo y mantenerse en lo alto.

Este mensaje viene del amor, del amor que siente y predica su hermano Kotuffa.

Pax, Pax, Pax. Aum.

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