jueves, 29 de octubre de 2015

Aquì cabe de todo ¡A DIVERTIRSE!!! Juan Josè Bocaranda E





Aquì cabe de todo
¡A DIVERTIRSE!!!
Juan Josè Bocaranda E

Con bastante frecuencia,  casi con un acento predominante, se escucha a los niños protestar ante una situación  que no les agrada porque “eso no es divertido”.
Una vez fuimos testigos de que cuando la madre de un niño estaba preguntàdole la tabla de multiplicar, el hijo le respondiò con desdèn, casi con un gesto de rebeldía, “!no quiero, eso no es divertido!”.
Tambièn estuvimos presentes cuando otra señora pretendía leerle a una niña un cuento apropiado, de motivación. Ella lo rechazò porque “eso” no era divertido.
Quiere decir que, por diversas vìas y bajo diferentes pretextos, se està “educando” al niño en forma inadecuada (e indebida también puesto que la orientación constituye un deber para los padres). Y ello ocurre cuando los padres confían a los niños en manos de la televisión, sin control alguno, a la libre, permitiendo que absorban el contenido de programas que aun cuando se dice son apropiados para esa edad, contienen una esencia perversa, subliminal, casi a propósito, de ir sembrando en ellos ciertas ideas torcidas acerca de la realidad.
Una educación correcta enseña al niño “el principio del equilibrio”: a este mundo no hemos venido solamente a trabajar, pero tampoco solamente a divertirnos. Ni lo primero, porque el ser humano necesita descanso, relajamiento, para distenderse y recuperar fuerzas. Ni lo segundo, porque si el mundo se llena de gente “divertida”, terminarà por perecer, puesto que sin seriedad nadie puede marchar sino hacia el precipicio.
No es infrecuente que, justamente en la televisión, se favorezca el “principio de la diversión” a través del “facilismo. Todo se quiere “facilitar”, desde el aprender a fabricar una silla, hasta aprender un idioma. Se va desechando asì el principio del esfuerzo, que es, precisamente, lo que significa la palabra “estudio”.
La palabra estudio viene del verbo latino studere y significa  afanarse, dedicarse, desear con entusiasmo, esforzarse, es decir, todo lo contrario de la facilismo…Porque no està mal que se busquen formas para facilitar el aprendizaje. Lo malo està en el facilismo, esto es, aquella pretensión sistemática, obsesiva, de facilitar tanto pero tanto las cosas, que terminen en nada o en la ineficacia, en la medianìa, en la mediocridad...
El facilismo extremo genera la mediocridad. Los profesionales mediocres vienen de los “estudiantes” que no se esfuerzan, no se preocupan, no se dedican, no se afanan por aprender…El esfuerzo lo agotan en elaborar “chuletas” para malaprobar el examen…
El ser humano no viene a este mundo solamente a trabajar, pero, tampoco, solamente a divertirse. Porque, además de la dedicación al esfuerzo de la subsistencia propia y de la familia, debe tener en cuenta sus deberes para con la sociedad y para consigo mismo.
Para consigo mismo, el ser humano està obligado a evolucionar, a ascender en el mundo de los valores. Valores culturales, morales y espirituales. De lo contrario, será un ente vacío, un cascaròn, una hoja seca arrastrada por el viento, en el polvo de las calles.
Imaginemos a una pareja que se forma con la finalidad exclusiva de “divertirse”: francachelas màs que frecuentes, borracheras, drogas y desòrdenes sexuales de todo tipo pues, para esta clase de gente, la perversión forma parte de la diversión. ¿Por què no, si de lo que se trata es de divertirse, y para ello “todo se vale”? Mientras tanto, los hijos a la deriva, absorbiendo de los padres aquella forma de vivir, para ellos hacer lo mismo cuando les toque, cuando sus padres o hayan muerto por sobredosis o por violencia, o se encuentren cumpliendo largas condenas en la càrcel, todo, en esencia, por causa de la “diversión”.
Imaginemos que todas las parejas actuasen de la misma forma. ¿Què sería de la sociedad? ¿Què sería del mundo? No habrìa educación, maestros, universidades, fàbricas, laboratorios, profesionales, ni comida, ni medicinas. ¿Parà què, si todos andan en la misma onda de “divertirse”? Es decir, la onda de la irresponsabilidad, de la falta de seriedad, de la superficialidad, de la animalidad…No esforzarse, porque el esfuerzo enferma. No pensar, porque el pensar mata… Divirtàmonos, comamos y bebamos, que después moriremos, como dice el insensato…Dediquemos la vida a saltar, reir y comer y engordar como los cerdos, que luego moririremos. O dediquemos todos nuestros esfuerzos, todo nuestro studium al fanatismo religioso o político (que al fin y al cabo son lo mismo). Formemos grupos de exterminio, creemos Estados islámicos, para cercenar el cuello a los que no se plieguen…O formemos grupos de “ultrapatriotas” y presuntas “supremacías” blancas o negras, y salgamos a quemar, matar y destruir. Que eso sì es “divertido”.
Para los inconscientes, la vida es diversión y sòlo diversión. Para lo perversos también odiar y matar es diversión. Viven divirtiéndose y matan por diversión. A eso se ha llegado…¿Què falta para acabar con la Humanidad definitivamente?
¿Y què es la televisión sino una gigantesca, perversa e insidiosa forma de “divertirse”?