Aquì cabe de todo
¡A DIVERTIRSE!!!
Juan Josè Bocaranda E
Con bastante
frecuencia, casi con un acento
predominante, se escucha a los niños protestar ante una situación que no les agrada porque “eso no es
divertido”.
Una vez fuimos
testigos de que cuando la madre de un niño estaba preguntàdole la tabla de
multiplicar, el hijo le respondiò con desdèn, casi con un gesto de rebeldía, “!no
quiero, eso no es divertido!”.
Tambièn estuvimos
presentes cuando otra señora pretendía leerle a una niña un cuento apropiado,
de motivación. Ella lo rechazò porque “eso” no era divertido.
Quiere decir que, por
diversas vìas y bajo diferentes pretextos, se està “educando” al niño en forma
inadecuada (e indebida también puesto que la orientación constituye un deber
para los padres). Y ello ocurre cuando los padres confían a los niños en manos
de la televisión, sin control alguno, a la libre, permitiendo que absorban el
contenido de programas que aun cuando se dice son apropiados para esa edad, contienen
una esencia perversa, subliminal, casi a propósito, de ir sembrando en ellos
ciertas ideas torcidas acerca de la realidad.
Una educación
correcta enseña al niño “el principio del equilibrio”: a este mundo no
hemos venido solamente a trabajar, pero tampoco solamente a divertirnos. Ni lo
primero, porque el ser humano necesita descanso, relajamiento, para distenderse
y recuperar fuerzas. Ni lo segundo, porque si el mundo se llena de gente
“divertida”, terminarà por perecer, puesto que sin seriedad nadie puede marchar
sino hacia el precipicio.
No es infrecuente
que, justamente en la televisión, se favorezca el “principio de la diversión” a
través del “facilismo. Todo se quiere “facilitar”, desde el aprender a fabricar
una silla, hasta aprender un idioma. Se va desechando asì el principio del esfuerzo,
que es, precisamente, lo que significa la palabra “estudio”.
La palabra estudio viene del verbo latino studere y significa afanarse, dedicarse, desear con
entusiasmo, esforzarse, es decir, todo lo contrario de la facilismo…Porque
no està mal que se busquen formas para facilitar el aprendizaje. Lo malo està
en el facilismo, esto es, aquella pretensión sistemática, obsesiva, de
facilitar tanto pero tanto las cosas, que terminen en nada o en la ineficacia,
en la medianìa, en la mediocridad...
El facilismo extremo
genera la mediocridad. Los profesionales mediocres vienen de los “estudiantes”
que no se esfuerzan, no se preocupan, no se dedican, no se afanan por
aprender…El esfuerzo lo agotan en elaborar “chuletas” para malaprobar el
examen…
El ser humano no
viene a este mundo solamente a trabajar, pero, tampoco, solamente a divertirse.
Porque, además de la dedicación al esfuerzo de la subsistencia propia y de la
familia, debe tener en cuenta sus deberes para con la sociedad y para consigo
mismo.
Para consigo mismo,
el ser humano està obligado a evolucionar, a ascender en el mundo de los
valores. Valores culturales, morales y espirituales. De lo contrario, será un
ente vacío, un cascaròn, una hoja seca arrastrada por el viento, en el polvo de
las calles.
Imaginemos a una
pareja que se forma con la finalidad exclusiva de “divertirse”: francachelas
màs que frecuentes, borracheras, drogas y desòrdenes sexuales de todo tipo
pues, para esta clase de gente, la perversión forma parte de la diversión. ¿Por
què no, si de lo que se trata es de divertirse, y para ello “todo se vale”?
Mientras tanto, los hijos a la deriva, absorbiendo de los padres aquella forma
de vivir, para ellos hacer lo mismo cuando les toque, cuando sus padres o hayan
muerto por sobredosis o por violencia, o se encuentren cumpliendo largas
condenas en la càrcel, todo, en esencia, por causa de la “diversión”.
Imaginemos que todas
las parejas actuasen de la misma forma. ¿Què sería de la sociedad? ¿Què sería
del mundo? No habrìa educación, maestros, universidades, fàbricas,
laboratorios, profesionales, ni comida, ni medicinas. ¿Parà què, si todos andan
en la misma onda de “divertirse”? Es decir, la onda de la irresponsabilidad, de
la falta de seriedad, de la superficialidad, de la animalidad…No esforzarse,
porque el esfuerzo enferma. No pensar, porque el pensar mata… Divirtàmonos,
comamos y bebamos, que después moriremos, como dice el insensato…Dediquemos la
vida a saltar, reir y comer y engordar como los cerdos, que luego moririremos.
O dediquemos todos nuestros esfuerzos, todo nuestro studium al fanatismo religioso o político (que al fin y al cabo son
lo mismo). Formemos grupos de exterminio, creemos Estados islámicos, para
cercenar el cuello a los que no se plieguen…O formemos grupos de
“ultrapatriotas” y presuntas “supremacías” blancas o negras, y salgamos a
quemar, matar y destruir. Que eso sì es “divertido”.
Para los
inconscientes, la vida es diversión y sòlo diversión. Para lo perversos también
odiar y matar es diversión. Viven divirtiéndose y matan por diversión. A eso se
ha llegado…¿Què falta para acabar con la Humanidad definitivamente?
¿Y què es la
televisión sino una gigantesca, perversa e insidiosa forma de “divertirse”?
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