ELEGÍA DE LA TIERRA
(poema ecológico)
Juan Josè
Bocaranda E
Por culpa del sable que parlotea y sonríe
nuestra esfera de luz será un zapato mustio
que claudica sin pie sobre polvo de estrellas.
Nuestra gota
de leche sideral está muriendo,
nuestra gota
de luz
se nos muere
en el agua,
se nos muere
en el aire,
se nos muere
en las aves,
se nos muere
en los árboles.
Entes
encapuchados de ceniza y lodo
vierten en
los labios de la tierra
saliva de
ponzoñas
diariamente.
Agitan en
las garras carbones venenosos
y los
pájaros huyen como flechas inversas
y los peces
declinan como las hojas secas.
La muerte da
un hachazo en cada esquina
y por cada
postigo asoma un hueso
y por cada
lata herrumbrosa muere un pez.
Por las
costas avanza un aguijón negro
de aceite y
detergentes.
Y en las
playas del mundo, sobre arenas de herrumbre
agonizan los
mares entre espumas de azufre.
Las fábricas
disparan su impunidad monóxida
y el fuego
desboca sus dientes por los bosques.
Los limones
se incendian como bombillos rojos
el envés de
las hojas crepuscula en eclipses
las
coníferas gimen, se desgajan y mueren
el
parénquima se hincha, se cancera y perece,
y por cada
mosca mísera que mata el fumigante
se desangra
la vida.
Por culpa del sable que parlotea y sonríe
nuestra esfera de luz será un zapato mustio
que claudica sin pie sobre polvo de estrellas.
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